Un sistema de alimentación ininterrumpida (SAI) tiene como objetivo principal asegurar el suministro eléctrico de determinadas cargas, tales como equipos informáticos, cruciales para garantizar el normal funcionamiento de una actividad empresarial dada. Un ejemplo típico lo tenemos en las farmacias, donde la red de ordenadores conectados a un servidor sencillamente no puede fallar.
Pero, ¿un SAI únicamente se encarga de garantizar el suministro haciendo uso de una batería lista para conmutar y entrar en acción en caso de fallo de red? En función del tipo de SAI que se elija no sólo aseguraremos la alimentación eléctrica, sino que además se aportará suministro de calidad a los equipos elegidos, lo cual redundará en la seguridad y protección de los mismos.