Monitorización energética, ¿por qué instalarla? Eficiencia Energética
Cuando hablamos de monitorización energética, nos referimos a una instalación de analizadores o medidores capaces de leer, en cada instante, el consumo energético de un determinado equipo, máquina, sistema o instalación, para posteriormente traducirlo a coste económico. Por ejemplo, un analizador de redes trifásico instalado en una central de producción de frío de un supermercado, nos permitirá caracterizar perfectamente el consumo eléctrico de esta máquina. Conocido el consumo eléctrico, el cálculo del coste económico es directo, siendo ésta una de las tareas típicas del gestor energético.
Pero, ¿qué podemos hacer con los datos que medimos? En primer lugar, aumentar el ahorro de energía y reducir los costes económicos por gasto eléctrico o energético. Una vez se cuenta con un periodo medido mínimo, se caracteriza de manera precisa “cuánto y cuándo consume el equipo, máquina o instalación”, estableciendo una línea base. A partir de aquí, se fijan unos objetivos de reducción y estos se van controlando en el tiempo. En este punto, cabe destacar dos cuestiones:
> Al establecer la línea base ya vamos a poder ver qué equipos son los más ineficientes, pudiendo plantear su sustitución siempre y cuando conlleve un plazo de recuperación de la inversión atractivo.
> La monitorización energética resulta ser un chivato muy eficaz de malos hábitos de uso, que de por sí son difíciles de detectar. Si no se mide, difícilmente se detecta, y por tanto no se puede corregir.
En segundo lugar, la monitorización de energía permite tener una asignación de costes muy clara. Volviendo al ejemplo anterior, podré saber qué porcentaje del coste eléctrico total es debido al consumo de la central de frío, y a su vez se podrán justificar presupuestos de inversión sobre medidas de ahorro a aplicar en la central. Este hecho no produce ahorro económico en sí, pero otorga control en la cuenta de explotación y da una base sólida en la gestión de presupuestos de gasto energético.
En tercer lugar, hacer uso de todo el potencial que otorga la curva de carga cuartohoraria. La curva de carga cuartohoraria no es más que una gráfica que recoge la potencia media consumida en cada cuarto de hora, y esto puede llegar a ser una valiosa herramienta en el mantenimiento de instalaciones.
De este modo, podemos establecer la siguiente secuencia: medir consumo eléctrico de la máquina o instalación > establecer perfil de consumo (qué potencia consume en cada momento) > vigilar y detectar mediante alarmas prefijadas que la potencia consumida no se dispare, o sea anormalmente baja > actuar en caso de anomalía adelantándonos a averías o simplemente detectándolas, hecho que puede conllevar un ahorro económico considerable.
Monitorizar los consumos eléctricos o energéticos siempre es una opción interesante, ya sea como herramienta de ahorro energético, para la asignación de costes y el control de inversiones de gasto energético, como herramienta en el mantenimiento de instalaciones, o sencillamente como argumento de responsabilidad social corporativa.
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Publicado por Luis Cazorla
Ingeniero Técnico Industrial e Ingeniero Químico
Ingeniería e instalaciones sostenibles. Monitorización y gestión de energía. Soluciones de ahorro energético en sistemas nuevos o existentes.